lunes, 30 de noviembre de 2009

Tres en la Imprenta

Un amigo, del cual no voy a dar el nombre, me ha relatado como fue su inicio en hacer de tercero con parejas….. como es hoy un compinche nuestro, les regalo su relato para tenerlo presente…. Ahí va…. Ricardo se monta a la mujer de su patrón y este está muy complacido… Ya va para un año mi trabajo en la imprenta de Ricardo. Allí trabajamos el, el dueño y yo como único empleado. Hace algunas semanas que los sábados tenemos una presencia femenina. Ella llega poco antes del medio día y nos prepara un buen refrigerio. Ricardo me la presentó como Flor, su amante, pero…… me ha estado mintiendo, porque yo se que es su verdadera mujer. Lo se porque la conozco por referencias ya que ella es profesora de gimnasia en el mismo lugar que mi prima trabaja.

De todas formas, yo no me he animado a desmentir a mi patrón. El me hablaba mucho de ella, de lo calentona que era, de todo lo que le gustaba del sexo y aun mas….. me dijo que ella era casada, y que engañaba a su marido teniéndolo a el por amante. Yo le seguí la corriente, a pesar de saber la verdad, y le escuchaba como buen creyente. Ya a las pocas semanas de venir ella, el quiso que a la tarde del sábado, hiciéramos una sección de fotos. Ella era la que posaría para que yo sacara las instantáneas con mi cámara digital.
Desde el comienzo, ella se mostró muy insinuante, ya que sus blusas dejaban en evidencia sus hermosísimos senos, bien formados, redonditos y muy paraditos. Pero en la poses de aquella tarde, la cosa fue para más. Ella se puso ya de entrada unas salidas de cama, de seda transparente que la mostraban en todo su esplendor. Sus cabellos rizados, castaño claro, marcaban el camino a una figura esbelta, sus hombros de piel suave, sus senos apetecibles, sus ojos verdes, insinuantes quedaban al tono de sus caderas calientes, su boca carnosa hacían juego con las nalgas que torneaban su cola alzada y tremendamente atractiva. Una mujer divina, un cuerpo de diosa, bien torneado, bien mantenido, de muy buena gimnasia. Verla así, con aquellas ropitas intimas, me volvieron loco. Tener que fotografiarla, entonces, me pusieron a full.
Ellos se dieron cuenta de que yo me había puesto frenético, con una erección evidenciada. Yo también me había dado cuenta en ese momento que en realidad todo aquello era un plan para ponerme así, y sumando todo lo conversado con el, me di cuenta que el había mentido todo para darse y darle el gusto a su mujer de por lo menos calentar a otro. Si ellos venían por mas, yo estaba dispuesto a mas. Ella cada vez, se ponía en poses mas insinuantes y menos ropa. El trajo unas cremas y aceites, para untar algunas partes de ella y así realzar sus cualidades.
Comenzó por acariciarla un poco, y no tardó en ofrecerme que hiciera ese trabajo a mi gusto de fotógrafo. La intención era que la toqueteara, así que obediente yo, me di el gusto de sobarle las tetas, de masajearle el culo, y recorrer su estética espalda. Ella comenzó a demostrar su goce, y el a convencerme de que estaba dispuesto a compartir todo aquello conmigo. Si ella engaña a su marido conmigo, también lo hará contigo, es mas, creo que tiene ganas de hacerlo, así que acompáñame en darle ese gusto. Flor quiso fotos, bebiendo su champán, y también derramo sobre su cuerpo gotas de eso para que su amante sorbiera….. yo tome las fotos. Pero cuando el dijo, mirándome, ahora bebe tu…. Tomando mi cámara, no dude, y me acerque a la diosa, que me regalo una sonrisa cómplice. Flor mojo con el champán sus senos, y yo me di el primer gustazo, saboreando el licor y aquellas fabulosas tetas de la mujer de mi patrón que hacían figurar por su amante.
Pronto la cosa fué a mas, y yo ya casi no sacaba fotos, pues estaba casi completamente dedicado a lamer su cuerpo caliente y húmedo, por la bebida y por sus jugos. En ese recorrer, pase por sus nalgas, lamí su hermoso culo, y busque su rajita jugosa. Aquellos labios también hacían juego con su boca, eran carnosos, y estaban semiabiertos. Le lamí el clítoris, que era un gusanillo enorme, muy duro y que permitía darle lengüetazas enérgicos. Eso provoco que ella comenzara a gemir, contornearse y dar pequeños grititos. Mi patrón se puso en calzoncillos, y ella fue la encargada de ayudarme a quitar la ropa. Pero me bajo el slip, sorpresivamente, dejando mi pedazo al aire, que como un fierro húmedo quedo expuesto como el tesoro que ellos estaban buscando, para regalar a la dama. Sabia, que sucedería, porque ella en un ágil movimiento, se arrodillo y tomo mi pija con sus manos, haciendo un movimiento envolvente que fue el prologo de cualquier paja bien hecha. La colchoneta doble que hacia de cama, vibro con mis temblores, cuando ella se metió la punta de mi cosa en la boca. Ya estábamos los tres completamente desnudos.
En mis fueros íntimos, hubiera preferido que solo estuviéramos ella y yo, pero, el que me estaba haciendo el regalo, también se merecía presenciar lo que obsequiaba. El se inclino detrás de ella, abrió algo mas sus piernas y comenzó a chupar aquella conchita que yo había abierto con mi lengua. Allí parado, yo observaba las acciones, que iban con un rumbo cierto, pues ella me estaba mamando y yo estaba por explotar, el la tenía en cuatro, y mientras ella revoloteaba con su cuerpo, sacudiendo y mostrándome su cuerpo hermoso, yo pensaba, que si mi jefe quería que le cogiera su mujer, ya estaban dadas las condiciones. Así que con suavidad, le retire la cara de mi pija, la tome de las tetas, para aprovechar a pellizcar sus duros pezones, y comencé a girarla. Eso hizo que el saliera de su posición, y ya que estaba tendido, ella se le fue con su cabeza sobre su sexo. Seguí girándola, hasta tener su trasero frente a mi. Separe sus piernas, y ella movió la colita, dejando ver entre aquellos muslos, su conchita húmeda, carnosa pero abiertita. Era el momento, y hacia allí dirigí mi fierro candente.
Las chupadas que le habíamos dado a su conchita, y la mamada que ella me había prodigado hicieron que los jugos lubricaran aquel ataque. Pero tuve una precaución, la de mirar a mi patrón, a los efectos de saber que tarea debía realizar esa tarde de sábado. Fue una orden sin palabras, una orden que ya estaba escrita en la imaginaria de ellos y que yo supe leer en sus acciones. Aquel cuerpazo de hembra extraordinario, seria enterrado por mi pija caliente, sin esperar mas desfiles. Sentí su expresión haciendo de recibo a mi endurecido envío, un Aaahhh!!ssss, se escucho en el aire, un apretar de nalgas aprisionaron mis testículos, un movimiento de caderas hicieron que sujetara yo con mas fuerzas su cintura. Ella soltó un mensaje…. Me la metió!! Ricardo respondió, … Gózala Florecita, gózala que es toda tuya. Ellos se abrazaron, y yo me dedique a gozar aquella hembra, con una cogida de mete y saca como nunca había prodigado jamás. Aquello era como haber sacado el Quini 6, comparado con los magros premios a la quiniela que yo había tenido. La empale una y otra vez, y varias veces se la saque, para que delirara de placer cada vez que se la enterraba desde la punta al tronco. Tuve la sensación de que su cocha apretaba mi pija, y la hacia pedazos, porque cuando comenzó a acabarse, la temperatura subió a mil.
Así fue que comprendí todo, aquella mujer era una potrilla en fuego. Me venia sin vueltas, y solo atine a sacársela y manotear uno de los tules que ella usara, con el que envolví mi pedazo, dejando lleno de esperma. Así me fui al baño. Volví y comprendí que ella era casi mística, pues estaba siendo penetrada por el, tal cual yo lo había hecho y ella mirándome con su hermosísima cara me indico con sus ojos que me acercara para chupármela de nuevo. El se fue. Cuando Flor tuvo nuevamente mi pija a punto, me tumbo y se me monto. Me cabalgo con furia, mientras yo la sostenía y mantenía un combate con mis pensamientos intentando no caer en la tentación del goce, y acabarme de nuevo. Logre dos cosas, que ella llegara de nuevo al clímax, y que en un rapto de lujuria, se metiera mi pija en el culo, ese, el culo mas hermoso que había visto yo en mi vida. Me estaba culeando a la mujer de mi jefe y patrón, con su consentimiento, y ellos pensando que me habían engañado con el cuento de la amante. Su marido derramo champán sobre su cara jadeante, y lavo parte de su cuerpo con el licoroso liquido. Ella llevo sus manos a su cuevita y gozando mi pija en el culito, masajeo su botoncito con evidente arte, porque estallo en un orgasmo a gritos. Ella no salía de arriba y yo termine llenándole el culito de leche. Se levanto, se abrazo con su marido y ambos se recostaron besándose cariñosamente. Yo me fui a dar un buen baño. Expié por la ventanita del baño, y pude verlos sentados, brindando con sus copas, riendo y diciéndose cositas por lo bajo. Comprendí que mi función había terminado allí. Salude desde la puerta del cuartito, y me fui con mis pensamientos. Que locura, no!, ellos habían preparado todo, y yo les había sido fiel interpretador. No había porque corregir su historia. Ricardo y Florencia eran felices, y yo ….ni te cuento. Así fue, que desde entonces, sábado a sábado me cojo a la mujer de mi patrón, para regocijo de el y de ella.
La prima de mi cuñada

Habíamos salido de la fiesta, cuando ella se me acerco y me dijo, podrías acompañarme a mi casa; es que la verdad no conozco bien la ciudad y ya es algo tarde para que ande sola.Claro le dije solo por cumplir con su prima, no me llamaba mucho la atención acompañarla pero ya estábamos embarcados no había mas que hacer.
Charlamos de cómo vivía antes de cambiarse de ciudad de su familia y cosas así. No tardamos mucho en llegar a su casa, pero en la puerta escuchamos la música fuerte, también estaban de fiesta; y en tono de burla le dije quieres que entremos a bailar, mirándome algo sorprendida me dijo; si tu quieres. Me dejo atónito, acaso era esa un señal? O es que el alcohol me hacia ver cosas que no eran? No esperaría para averiguarlo. Claro así no te quedas tan sola mientras llega tu prima.
Subimos y escuchamos gritos dentro del departamento de la fiesta; mejor vamonos parece que están peleando me dijo. Claro no hay problema, seguimos subiendo. Ya en su departamento nos sentamos un momento no sabíamos ya que hacer. Yo quería bailar, me dijo, que macana; y casi susurrando, se arruino todo. Que dijiste. Nada respondió, ahora que hacemos? Si quieres bailar porque no vamos a bailar con mis amigos de seguro que siguen de fiesta. No prefiero quedarme aquí. Listo no hay problema entonces llámame un taxi porfa que me están esperando. Pero porque la prisa quédate conmigo un ratito. Aquel comentario me dejo completamente paralizado era lo que menos pensaba oír y de la persona que menos lo esperaba. Entonces que dices me acompañas un ratito, claro no hay problema pero solo un ratito.
Entonces se levanto puso un poco de música ¿quieres bailar? Claro respondí. Así estuvimos un rato pero veía que ella quería algo pero no se animaba, al sentírse incomoda. Te pasa algo - pregunte - no es que… no me gusta que me veas así. Sin pensarlo dos veces la tome por la espalda y la empecé a besar, ella me correspondió fogosamente, parecía morir en cada vez que mordía sus labios. No podía soltarla en el estado en que estaba lo mejor era acelerarla a mil. No me cansaba de besarla mientras mis manos empezaron a rozar su piel era suave y delicada: muy delicada al tocar era algo adictivo. Ella tenía sus manos dentro de mi pollera y me pedía en silencio que la desvistiera de a poco.
Apaga la luz por favor –me dijo- sin separarnos apagamos la luz, e inmediatamente se quito la blusa; entre las sombras se distinguía la silueta de sus senos, eran de muy buen tamaño así como me gustan. No perdí el tiempo y me lance sobre ellos eran un delicia, que mujer mas excitante. Ale quiero hacerte el amor, desde que llegue no te quito los ojos de encima, no sabes como me ponen tus besos son mas deliciosos de lo que creía. Podía darle tantas respuestas pero no quería sacar mis labios de donde los tenía, no quería perderme ni un segundo de disfrutar de esos buenos senos. Vamos adentro – me dijo - era la casa de mi cuñada podía llegar en cualquier momento, pero no me importaba me estaba comiendo a la prima y me gustaba mas.
Nos fuimos tambaleando a la cama por la falta de luz peleando con nuestra ropa en el camino. Al llegar a la cama estábamos completamente desnudos, me quede embelesado con su cuerpo era por mucho uno de los mejores que había visto y el tamaño de sus pechos era de lo mejor justo como me gustan. Pero no podía detenerme a pensar tenia que hacerla mía. Poco a poco fui recorriendo su cuello, mientras ella no paraba de gemir mis manos se estaban dando un gran festín disfrutando de su cuerpo. Sus pechos su cintura, su cadera eran de lo mas excitante. A medida que me acercaba a su clítoris se agitaba mas, gemía mas parecía que iba a estallar, movía sus caderas de un lado a otro; y eso me ponía a mil. Quería que terminase de una vez, quería sentir sus jugos inundándome, por eso no paraba mover mi lengua de arriba abajo, y ella no paraba de gemir.
No se cuantas veces termino pero era lo mas excitante que jamás había sentido. Tenia tantas ganas de penetrarla que la verdad no se como aguante. Ella quedo extenuada parece que tendría que hacer las cosas solo por lo que me monte sobre ella, tome sus pechos y empecé a masajear mi miembro. Parece que nunca lo había hecho porque empezó a gemir nuevamente y me llevaba cada vez mas cerca de su boca, hasta que tuvo mi verga en la punta de sus labios y empezó a lamerla; se notaba la falta de experiencia pero lo compensaba con mucho entusiasmo. No lo hacia tan mal pero no podía mas con las ganas de penetrarla hasta el fondo así que deje lo que estaba haciendo y me dirigí nuevamente a su entrepierna, pero esta vez con mi verga por delante.Primero la rozaba suavemente para que se excite y ya teniéndola mojada me olvide de todo, de su prima, que estábamos en su casa que podía llegar pronto. Lo importante era que me estaba comiendo a la prima y que era más placentero que mi cuñada.
Termine la primera vez y seguía dura, y ella me pedía más, así que solo quedaba darle el gusto. Para cuando terminamos estábamos realmente cansados, pero lo pero de todo (lo mejor de la noche) mi cuñada estaba parada mirándonos desde la entrada del cuarto. Pero esa es otra historia...

lunes, 19 de octubre de 2009

Los masajes

La verdad es que nos gustan los masajes, es un placer que compartimos, dar y recibir, a ella le relajan a mi no, me excitan una barbaridad.
Por una vez deseaba que ella sintiera lo mismo que yo ante un masaje, ahora os voy a contar de como conseguí que disfrutase de un masaje distinto.
Era verano y hacia un calor insoportable, ella se paseaba por casa con un bikini recién comprado, eso me excitada un montón y lo sabía, intenté hacer que se quitase el bikini pero se negaba a ello, quería excitarme más. Entonces le propuse darle un majase sin quitarse el bikini con el fin de refrescarse.






-Acepto - me dijo






-De acuerdo, pero no puedes hablar nada y debes hacer todo aquello que yo te indique.






-Vale.






Primeramente de vende los ojos con una seda oscura y comencé a aplicarle suavemente crema en sus hombros y brazos. Fingí que me molestaban los lazos del corpiño y desaté el nudo posterior, continué masajeándola, seguí por la espalda y los hombros, entonces me molestaba el engarce posterior, que presto quite, ahora estaba desnuda toda su espalda, note el principio de una erección, el resbalar de mis manos por aquella piel tan suave ya me estaba excitando.
Fui llevando la crema por debajo de sus brazos hacia delante, tocándole con la punta de mis dedos suavemente el costado de sus senos. Allí ella se estremeció de placer; procedí a untarme las manos nuevamente de crema y las pose directamente sobre sus pechos, presionándolos ligeramente. Ella emitió su primer quejido. Estuve trabajando sus pechos durante unos diez minutos, logrando que sus pezones se pusieran durísimos y puntiagudos.
Le hice dar la vuelta y recostarse boca arriba. Comience a acariciarla por los pechos, su rostro, sus mejillas y la boca. Note como separaba ligeramente los labios y exhalaba otro suspiro. Proseguí con el masaje, me deslice por su abdomen lentamente, rodeando al mismo tiempo sus pechos. Comencé a masajear sus piernas, el interior de sus muslos, ella continuaba gimiendo, note como la braguita del bikini comenzada a mojarse con sus fluidos vaginales, eso consiguió que mi erección aumentase.
Volví a darle la vuelta, ocasión que aproveche para quitarle la braguita empapada, repartí crema por sus piernas y su culo. Continué con verdadera dedicación el masaje por las piernas, de abajo hacia arriba, en dirección a su coño húmedo, le dedique especial atención a sus muslos, consiguiendo con ello que lanzara unos pequeños grititos.
Comencé a extender la crema por sus preciosas nalgas, me encanta ese poderoso culo. Según me deslizaba, hundí ligeramente la mano en el canal de sus nalgas, toque ligeramente su ano, ella apretó con fuerza, cerrando el paso, nunca había jugado con su ano, cosa que tampoco estaba dispuesto que pasara de hoy, quería que experimentará el placer que se podía obtener de esa zona.
Insistí y comience a masajearle el ano.; le introduje un dedo lentamente, abriendo poco a poco esa zona inexplorada, al mismo tiempo deslice la otra mano hacia su vagina empapada, lentamente le metí otro dedo en ella, ahora tenia un dedo en cada una de sus aberturas traseras, ella gimió y movió el culo con deleite, jugué con mis dedos, los hice que se tocasen dento de ella a través de la fina piel que separa su ano y vagina, eso la hizo gemir más.






-Quiero tu poya y que me folles.






-Tienes prohibido el hablar, o sea que cállate y disfruta.






Saque los dedos y continué el masaje por su espalda, lentamente, recreándome en cada caricia, ella levantaba su trasero cada vez que me acercaba a el, como pidiendo que continuase, y yo generosamente le volvía a insertar un dedo en su culo ya lubricado, sus gemidos comenzaron a ser cada vez mas fuertes, por fin empezaba a disfrutar libremente de su ano, note como su coño chorreaba cada vez más y mi pene amenazaba con salirse del pantalón de deportes que tenía puesto.
Me quite el pantalón y ahí apareció mi palo enhiesto como una roca, me dí la vuelta y comencé a masajear sus hombros al tiempo de colocaba mi poya enfrente de su boca, le retiré la venda de los ojos, en cuanto se dio cuenta de la situación no pudo resistirse y se metió todo el miembro hasta la base, chupandolo con habilidad y usando su lengua con maestría asombrosa.
Ahora ya si estábamos listos, me di la vuelta y abrí su nalgas y comencé la lamerle su coño, tenia un gusto exquisito y un aroma encantador, cada vez que llegaba a su clítoris cerraba sus piernas aprisionando mi cabeza en medio. Luego sin dejar de trabajar con mi lengua, comencé a introducirle uno de mis dedos. Su estremeciendo fue tal que mi verga se puso de piedra.
Me erguí y puse mi herramienta en la puerta de ese coño que parecía una fuente, le abrí las piernas y comencé a penetrarla por detrás, a la vista de ese culo mi erección aumentó, ella gemía de placer, entonces le introduje otra vez un dedo en su ano, ella al sentirse penetrada otra vez se abrió todo cuanto pudo, así mientras mi pene golpeaba como loco dentro de su vagina, mi dedo jugaba en su culo dilatándolo poco a poco, desvirgandolo, ahora le introduje dos dedos, tenia que dejar de ser virgen del todo. Entonces dio un gritito rompiendo su silencio, retire los dos dedos temiendo haberle hecho daño.






-No lo retires maricón, que me encanta como me estas follando hoy.






Volví a introducir los dedos en su trasero, al tiempo que mi pene luchaba como loco dentro de su vagina, ella comenzó a acariciarse el clítoris como una descosida.
Saque los dedos de su trasero y comencé a darle pequeños azotes en las nalgas que consiguieron excitarla aún más y haciendo que se moviera con mayor fuerza, entonces retire mi pene de su vagina, y aproxime la punta a su esfínter anal, lo roce lentamente, ella al ver lo que pretendía izó mas el trasero y abrió con sus manos las nalgas. Lentamente comencé a introducir mi pene en su ano, al principio note algo de resistencia, pero estaba muy lubricado por lo cual, tras un par de pequeños golpes, mi pene comenzó a entrar por completo en su culo.






-Humm....que rico....-Comenzó a gemir.






Mi pene comenzó a entrar y salir de su ano, cada vez más rápido, ella mientras tanto comenzó a jugar con sus dedos en la entrada de su vagina.






-Si.. sigue..ah! que me corro.






Al tiempo se corría, por el orgasmo que estaba teniendo parecía que la estuvieran taladrando por todos los sitios,( lo cual hasta cierto punto estaba siendo verdad) gimió, grito y chilló, mientras yo tenia el mío vaciándome por completo dentro de su ano.
Retire mi pene de su ano, y al hacerlo y ligero hilillo de semen comenzó a salir de él.
Ella se tumbó relajada en la cama, temblando de pies a cabeza mientras yo la cubría de dulces besos por todo su cuerpo.
A partir de ese momento ella comenzó a disfrutar de dos placeres que hasta entonces no había explotado completamente. Y yo a inventar nuevos juegos para su placer y mi deleite

La amiga de mi amigo

 La chica en cuestión con la que pasó esta historia se llama Carolina. La conocí a través de un amigo, Dario, que tenía una novia, y un día saliendo por la noche, de esto hace ya varios años, pues nos juntamos con sus amigas, y es ahí donde conocí a Carolina, una chica rubia, con los ojos verdes, pero no es el típico pivón despampanante con esa descripción, es bajita, no es gorda pero no es una chica delgada de estas que se ven ahora por las discotecas que son extremadamente delgadas, es una chica normal, se puede decir que algo rellenita. Tiene unas tetas enormes, naturales, y es súper pija, la típica que se arregla muchísimo y siempre va con su bolso de Tous, las pulseras, la ropa… la verdad que es una chica con estilo.
Pues esa noche fuimos a Élite, la discoteca que está en la estación de Chamartín, por aquel entonces era la que estaba de moda y es donde iban todos los pijos madrileños (entre ellos yo). Así que nada, entramos, nos presentaron a todas las amigas (algunos de mis amigos ya las conocían de otras veces, pero yo no se porqué, no) y nada, con esta chica es con la que más feeling tuve, estuvimos toda la noche hablando, pero no pasó nada porque por aquel entonces yo tenía novia, estaba perfecto con ella, y no la ponía los cuernos nunca (a pesar de que parezca que soy un cabronazo, esa chica me gustaba, y no buscaba nada más). Así que nada, no pasó nada, esta chica se lió con un par de amigos míos (no en la misma noche, claro está) pero nosotros seguíamos coincidiendo en las discotecas, y a mi novia no la dejaban salir por la noche, así que hablábamos pero sin que pasara nada. Luego ya mi novia empezó a venir y por raro que parezca, estas chicas se hicieron amigas y estaban siempre juntas.
Resumiendo un poco, Carolina le confesó a mi novia que yo le encantaba, pero que por la amistad que tenían después de un tiempo, ella nunca intentaría nada. El caso fue que mi novia y yo lo dejamos, y esta chica pues estaba siempre ahí, se cabreó con mi ex por movidas de chicas (como no) y estaba más pendiente de mi. Pero en la noche madrileña (para quien la conozca me entenderá) depende de la temporada cambias de discotecas, así que yo por aquel entonces iba a Kapital y Chesterfield (en Serrano Jover). Me lié con esta chica en varias ocasiones, siendo todas ellas experiencias increíbles como he dicho un poco más arriba, pero la historia que vengo a relatar ha sido sin duda una de las mejores.
 Todo comenzó en el puente del año pasado de diciembre (2008), en el que el día 8 lunes era fiesta. Mis padres se habían ido ese mismo viernes a una finca que tenemos fuera de Madrid, y mi hermano cogia esa tarde-noche un avión con destino Toulouse (Francia). Así que yo me quedaba solo el fin de semana. No tenia grandes planes en cuanto a sexo, no me suelo quejar pero sinceramente yo no salgo con miras de follar todos los días, porque si lo haces y no lo consigues me sienta fatal, así que yo salgo a pasármelo bien con mis amigos, a disfrutar de la noche, a beber y reírme. De hecho alguna vez he descartado el liarme con alguna tía en una discoteca, porque para irme a un rincón y darme cuatro besos y tres magreos, prefiero estar con mis amigos riéndome, que por aquel entonces llevábamos una temporada bastante sembrados y no parábamos de reírnos. Así que aquella noche transcurrió como muchas otras, botellón en la calle (con un frío que pelaba) y nada, creo recordar que fuimos a Nells (en López de Hoyos) y después, en lugar de ir a Pachá, nos dio por ir a La Sal (en Guzmán el Bueno) porque éramos pocos ya que ese puente alguno se había largado por ahí, y como pilla cerca de casa (todos mis amigos viven por esa zona, yo un poco más lejos, como a diez minutos en coche) pues ahí que nos dirigimos. El gerente es muy amigo mio, es el antiguo jefe se seguridad de Chester, y yo me llevo muy bien con él, además el director de la sala también es amigo mio ya que trabajamos juntos de relaciones años atrás en Chesterfield y en alguna que otra discoteca, así que era como estar en familia. Llegamos y como siempre, sin problemas para entrar, y después de los pertinentes saludos, como éramos 6, me entregaron doce copas para que nos lo pasáramos bien. Así que al entrar, nos fuimos al piso de abajo y ahí estuvimos bebiendo y riendo sin parar. Como las copas "sólo" valen 7 euros (acostumbrado a pagar bastante más en otros sitios a los que voy) me tomé alguna que otra más, ya pagando por no querer abusar de la confianza de mis dos amigos de la discoteca. Tuvimos ocasión de ligar, ya que, aunque hacía bastante que no veía ese método, a un amigo mio y a mí se nos acercó una chica diciendo que le habíamos gustado a su amiga y que si queríamos con ella, pero la verdad que pasábamos, no era especialmente guapa y nos lo estábamos pasando muy bien juntos, así que… ¿para qué? Seguimos un rato más hasta que decidimos subir a la planta de arriba, y ante mi sorpresa estaba Carolina con su grupo de amigos. Me acerqué, la saludé, hablé dos minutos con ella y me volví con mis amigos, diciéndola que luego me acercaría de nuevo a hablar con ella.
Aquí voy a introducir un pequeño inciso, que aunque suene fatal, es la verdad. Esta chica y yo mantenemos una relación sólo de sexo. Me explico: hablo con ella por el Messenger, nos preguntamos que tal, como va todo… pero en el fondo sólo nos llamamos por la noche, y para follar, es lo que se denomina "follamigos", que cuando en una noche estás caliente, antes de irte a casa llamas, y si esta por la zona que estas tú, quedas, vamos con los coches a algún lado, follamos y luego cada uno a su casa. Nos llevamos bien, tenemos una relación cordial, pero básicamente es eso, no puede ser más por si lo estropeamos todos, y ninguno de los dos queremos.
Volviendo a la historia en sí, mis amigos y yo seguimos ahí, bebiendo (ya ibamos bastante tocados) y bailando. A las 5 y pico decidimos irnos, así que me acerqué a despedirme de Carolina, la dije que me iba, y me dijo que ella también, que ya era tarde, que quedaba mucho puente por delante y que quería descansar. Así que nos despedimos y yo salí de la discoteca. Tenía el coche aparcado en la puerta (suelo ir en coche siempre hasta donde viven mis amigos, salgo toda la noche en taxi y cojo el coche luego para volver a casa) así que justo más o menos lo tenia en la puerta, y como hacia frío, llevé a 2 amigos a sus casas, que viven a escasas 3 manzanas. Al dejarles llamé a Carolina, me dijo que estaba saliendo, y la dije que si le apetecía estar un rato juntos. Me dijo que sí, que donde quedábamos. Pensaba decirla donde siempre, pero recordé que estaba solo en casa, así que la dije que pasaba por ahí, y que me siguiera con su coche. Eso hice, volví a pasar por la discoteca, la hice señas y me siguió. Ella pensaba que íbamos a ir a algún sitio común, como toda la vida, pero no, la fui dirigiendo hacia mi casa (nunca había venido). Al entrar en mi urbanización, y aparcar delante de la puerta de mi casa, se quedó sorprendida. Al bajar la dije que si no la importaba, estaba solo en casa, que si lo prefería a estar en un coche, a lo que su respuesta obviamente fue afirmativa, que prefería aquí.
Entramos, desconecté la alarma y nos fuimos a la cocina. La dije que si quería desayunar, tomar algo y nada, así que nos subimos directamente a mi cuarto. Entramos, y nos empezamos a liar, primero suave, con besos, caricias, todo esto de pie, y en cuanto nos tumbamos en la cama, nos fuimos desnudando poco a poco. Tengo que decir, que ella no se, pero yo cuando cerraba los ojos todo me daba vueltas, llevaba una encima tremenda, pero estaba bien caliente, así que adelante. Nos empezamos a desnudar, ella llevaba un vestido, con medias oscuras y zapatos de tacón, y yo zapatos, vaqueros, camisa y jersey. Lo primero que salió por los aires fue los zapatos, como no, después yo la metí la mano por debajo del vestido, subiendo hasta sus tetas, que son enormes, tiene que tener una 95 o una 100 naturales. Después de eso la estuve tocando la tripa, y bajé la mano hasta su culo, agarrandolo con mucha fuerza, hasta casi hacerla daño, después pasé de pasada la mano por su coñito, dejando los dedos y apretando fuerte, para que los sintiera, subiendo la mano de nuevo hasta su tripa. Ella hacia lo propio con sus manos, la encanta tocarme la cara, tirarme del pelo, y acariciar mi espalda con sus uñas, bastante largas por cierto) hasta acabar tocándome el culo, y acariciándome la polla por encima de los vaqueros.
La quité el vestido, y acto seguida la desabroché el sujetador. Tengo que decir que había encendido la luz de la mesa de estudio, que se puede regular y la tenia puesta con luz muy tenue, así que pude apreciar de nuevo esas inmensas tetas, eso sí, con unos pezones enanísimos. Son los mas pequeños que he visto en mi vida, como una lenteja, un puntito, pero muy apetecibles. Me lancé a comerle las tetas mientras ella me desabrochaba el pantalón y dejaba al aire mi polla, que tenia la punta mojada, y que se puso a tocar despacito. Yo seguía devorando sus tetas, me encantan, tienen un sabor divino, mientras se las agarraba, pasaba mi boca de una a otra, mordiéndole el pezón, que se que la vuelve loca, por los gemidos que va emitiendo. Ella me quitó rápidamente el jersey y la camisa, se situó encima mio, y recorrió con su cara desde mi cuello, pasando por todo mi torso, mordiéndome el pecho, los abdominales… hasta llegar a mi polla, la cual, al estar todavía con los vaqueros, solo asomaba por encima de éstos la punta y poco más, pero al llegar ahí, como suele hacer, me miró a la cara y empezó a jugar con su lengua sobre mi punta. Me encanta como lo hace, creo que es de las mejores mamadoras que hay, con su lengua iba pasándola por toda la punta, subiendo y viendo el hilito que se quedaba de mi liquido preseminal con sus labios. Acto seguido, me bajó y quitó los pantalones y los caloncillos a la vez, tirándolos al suelo y volviendo a su anterior posición, metiéndose esta vez un poco más de polla en la boca, casi hasta la mitad, y jugando con ella. Me miró, se incorporó, se hizo una coleta, y volviendo a bajar, justo antes de sacar la lengua y rozarla con mi punta, me miré de nuevo, y me empezó a hacer una mamada. Como he dicho antes, esta chica la mama de vicio, yo creo que le encanta tener una polla en la boca, disfruta muchísimo chupándola, lo sé porque siempre que puede baja, y puede estar veinte minutos o media hora chupando y no se cansa. Así que al rato de estar subiendo y bajando, y a la vez estar con la mano también meneándomela, la cogí, la subí, la besé salvajemente y la tumbé, poniéndome esta vez yo arriba. La volví a besar, a comerle el cuello, las orejas, que se que la excita mogollón, y empezó a gemir de nuevo, sé que la encanta y cuando quiero ponerla a mil siempre se lo hago, así que esta vez no iba a ser menos, y luego fui bajando por sus tetas, comiéndomelas de nuevo, hasta llegar a sus medias. Se las quité, las tiré al suelo, e hice lo propio con el tanga que llevaba, negro, muy simple. En cuanto se lo quité pude ver de nuevo ese coño tan rico que tiene, sin un solo pelo, depilado con cera, suavísimo. Tiene los labios gorditos, pero no muy abultados. Me tumbé encima suya y la empecé a tocar mientras ella me hacia una paja. Con las chicas siempre suelo llevar el mismo juego, primero pasar los dedos por encima, que por cierto estaba empapadísima, así que empecé a jugar con su clítoris, pero esto se que la excita sobremanera, y siempre me retira la mano al poco, así que empecé a meterla un dedo poco a poco. Fue metérselo, y empezar a gemir, con una respiración acelerada, así que sabia que le venia el primero rápidamente. He de comentar que esta chica es multiorgásmica, ella nunca me lo ha dicho, pero es capaz de correrse muchísimas veces en una noche, enlazando una con otra como ya me pasó en otra ocasión, que se corrió 3 veces seguidas en el mismo polvo, sin parar. Así que, aún siendo mis movimientos con mi dedo bastante lentos, se lo metía hasta el fondo, lo pasaba por sus paredes, lo sacaba, y lo volvía a meter, ella seguía aumentando su respiración, así que la metí el segundo dedo, y ya ante esa situación no pudo más. Sabía que se corría, así que ella aceleró mi paja, pero yo aceleré bastante más el ritmo de mis dedos. Los metía y sacaba rápido, pero pasándolos bien por sus paredes, así que empezó a gemir, a decir "ya, ya, ya" hasta que se corrió. Su respiración se fue normalizando poco a poco, pero me había dejado los dedos empapados, así que hice una cosa que me encanta, que es sacarlos del coño de una mujer, y dárselos a probar. Ella me miró, pero ante tal orgasmo no se podía negar, así que abriendo la boca, los chupó, muy despacio, metiéndoselos en la boca lentamente, sorbiendo su propio jugo, apretándomelos para dejarlos bien limpios. Después de esto me besó, jugamos con nuestras lenguas un rato, y se posicionó de nuevo encima mio. Hizo la misma operación que antes, me besó cuello, orejas, cuello de nuevo, pecho, abdominales y bajó de nuevo a mi polla, metiéndosela en la boca, pero yo quería follarla, quería penetrarla bien fuerte, así que la giré, la puse abajo y me situé encima suyo, e hice una cosa que nunca la había hecho, comerle el coño. Aunque parezca raro después de tantos encuentros sexuales que hemos mantenido, nunca había bajado. Ella siempre lo hacia, de hecho lo normal es que me corriera en su boca, pero yo nunca, así que se lo merecía. Bajé, y empecé a pasar mi lengua por sus labios, despacio, hasta llegar a su clítoris. Estaba empapada, pero tenía un sabor bastante bueno, no era muy denso, así que seguí con mi labor. Primero chupaba alrededor de los labios, dando círculos, hasta pasar de golpe mi lengua por su rajita, y subir hasta el clítoris, que me metía en la boca. Succionaba, dándola pequeños espasmos. Ví que volvía a gemir, esta vez un poco más alto, con una respiración bastante acelerada, así que seguí mordiendo y besando su cosita, succionándola, y bajé a su agujerito, metiendo la lengua hasta lo más profundo que podía, una y otra vez, lo más rápido posible. Ella estaba a punto de correrse, así que me incorporé, y poniéndome en la postura del misionero, se la clavé. La verdad q no costó nada que entrara, hice lo que siempre hago, una vez que está metida, empujo bien fuerte hasta adentro, para que la sienta del todo. Noté que estaba muy acelerada, así que empecé directamente con unas embestidas más rápidas de lo normal al empezar un polvo, pero entre sus grititos, su respiración, y el alcohol, no estaba como para detenerme en que fuera bonito y durara. Al poco de estar ahí, en esa posición, noté que apretaba su vagina a más no poder, aprisionándome la polla, así que se corría, aceleré mis embestidas, con un buen ritmo, hasta que comenzó a gritar, siempre suele decir ah, ah, ah, y esta vez no fue menos, pero quizá sí de las veces más altas que la he escuchado. Se corrió como una salvaje, porque noté como mi cola se inundaba, y al sacar la polla, estaba mojada. Como sé que es multiorgásmica (o eso creo) me puse a su lado, la metí 2 dedos, y empecé a moverlos como si me fuera la vida en ello. Lo más rápido que puedo hacerlo, se que la encanta, y que en menos de un minuto se vuelve a correr. Y así fue, me dijo que no, que no lo hiciera, pero yo se que lo estaba deseando, así que como un loco moví los dedos, a la máxima velocidad que podía, hasta que en menos de un minuto se corrió de nuevo, esta vez con gritos muy altos, con una respiración muy muy acelerada, y corriéndose como una loca. Mientras la masturbaba, empezaron a salir sus jugos, con chorros bastante potentes para ser una chica, y poniendo mis sabanas perdidas, fue como si me hubieses explotado un globo de agua en la mano.
Después de esto se cayó rendida, apoyó la cabeza en la almohada y se puso a respirar, pero como la conozco, la dije que se pusiera de espaldas, y ante su advertencia de "por el culo no" la dije que tranquila. La levanté el culo, quedando su cabeza apoyada en la almohada, la abrí las piernas y le metí mi polla por su coño. Empecé con un bombeo suave, empujando hasta el final, clavándosela, y sacándola del todo, cogía mi polla con la mano y pasaba la punta por su agujero, y la frotaba por ahí, la metía y la sacaba del todo, sé que la encanta, por eso lo hacía. En un momento ya la metí del todo, y empecé a bombear a un ritmo normal, aumentándolo poco a poco. en esta postura, como no pueden verte, puedes poner cara de estar haciendo el máximo esfuerzo que no pasa nada, así que la cogí las manos, y se las sujeté en la espalda, para que tuviera la cabeza bien hundida contra la almohada, mientras que su culo estuviera bien arriba. Empecé a acelerar mis embestidas, echando mi espalda sobre la suya, y sobando sus tetas como podía. Me incorporé de nuevo, e intenté meterla un dedo por el culo, pero es algo que nunca me ha dejado, nunca ha querido probar por atrás, ni un dedo ni nada más, pero yo lo intenté. Me dijo que no, que se de sobra que eso no, pero al ir pronunciando esas palabras, noté que empezaba a jadear de nuevo, así que me ensalivé el dedo, dejé caer saliva sobre su culo, y empecé a jugar, mientras bombeaba, con mi dedo, sin introducirlo. No me decía nada, así que yo seguía con mi idea de borracho fija en la cabeza, cuando noté que volvía a acelerar su respiración, la metí un poquito el dedo. Muy poco, solo la punta, y seguí bombeando, intentaba que entrara más pero quería hacerlo despacio, no quería hacerla daño, y mucho menos que se enfadara. Así que al oir su respiración, sus jadeos, y aumentar más mi velocidad, fui metiendo poco a poco el dedo, hasta que entró entero. Sabía que se corría, volvía a apretar su coño con todas sus fuerzas, así que me puse a bombear como si me fuera la vida en ello, poniendo toda la potencia que podía tener en ese momento a su disposición. A la vez fui moviendo el dedo, de forma circular, también un pelín rápido. Hasta que al poco tiempo, se corrió, esta vez gritando mucho más que la anterior, dando auténticos gritos de placer. Yo fui bajando el ritmo de mis embestidas, pero notaba que me quedaba poco para correrme, así que una vez que se hubo recuperado, la tumbé, la puse mirándome a mí, y cogiendo sus piernas, las levanté, hasta apoyarlas en mis hombros y empecé a penetrarla de nuevo. Empecé a bombear, y ante mi inminente corrida, aceleré el ritmo. La volví a oir gemir, pero sabia que no la daba tiempo a correrse porque yo estaba al limite, así que en cuanto noté que me iba a ir, la saqué, y me corrí encima de su vientre, con algún chorro que cayó, sin querer, sobre sus tetas. Me caí rendido a su lado, no podía mas, siempre después de una corrida con una gran borrachera encima te quedas destrozado, así que no iba a ser menos.

Me dio un beso, en la boca, y nos pusimos a hablar un poco. Yo sé que odia que me corra en su cuerpo, siempre quiere en la boca, dice que en otro lado es de guarra, pero en la boca se lo traga y ya está. Yo creo que le encanta el sabor del semen, por eso siempre quiere tragar. Así que la dije que sentía haberme corrido ahí, pero que no podía más, no me daba tiempo a avisarla y que lo había hecho en su tripa, no en sus tetas (aunque un chorro si como me dijo luego) ni en la cara. Me dijo que no pasaba nada, porque sabia que había sido sin querer, que un chorro la había caído en las tetas pero que no pasaba nada, que mejor ahí que en otro lado y por supuesto mucho mejor que dentro, ya que no tomamos ninguna precaución. Me dijo que no la gustaba lo del culo, que ya lo sabía. Me excusé en la borrachera y en que estaba caliente, y me dijo que no la había disgustado, que de hecho había notado algo, pero que eso no la gustaba. La dije que no lo repetiría nunca si ella no quería, y así ha sido hasta la fecha.

Me levanté, bajé a la cocina a por una botella de agua, pasé por el baño, la llevé una toallita húmeda para que se limpiara la corrida, pero ante mi sorpresa cuando llegué, no tenía corrida, se la había restregado por el vientre, y aunque ésto es solo una suposición, tengo la certeza de que se metió en la boca lo que pudo recoger con los dedos. La conozco, y estoy seguro de que lo hizo, la encanta el semen.

Nos dormimos enseguida, ella en el lado de la pared y yo en el de fuera. Con el pedo que llevábamos los dos, y después del esfuerzo que habíamos hecho, era lógico caer rendidos.

Por la mañana, y aunque suene a tópico, me desperté de la mejor manera que existe. Abrí los ojos, y me la encontré ya despierta, chupándome la polla. Me encanta, es que no hay palabras para describir ese momento. Despertarte, abrir los ojos y ver a una chica guapa, con la que te llevas debuti, mamándote la polla, es de las mejores sensaciones. Así que nada, ya estaba la cosa dura, y lista para funcionar. Ella, mientras me chupaba la polla, estaba de rodillas, y con una mano me pajeaba, y con la otra se estaba tocando su coñito, se estaba masturbando. Así que en cuanto la ví, quito la mano, sé que le da vergüenza eso, porque ya lo hemos hablado muchas veces, así que se tiró encima mia, me dio un beso, la dije que buenos días, y que siguiera, que no quería interrumpirla.

Siguió con la mamada, chupándome la polla con deleite, jugando con su boca por mi capullo, pasando la lengua, y metiéndosela hasta la mitad. Lo que no siguió fue jugando con sus dedos en su coño, así que poniéndola de lado, mientras seguía con su labor, yo la empecé a tocar el coño, que por cierto ya estaba bastante mojado, me había dejado el trabajo hecho. Jugué un poco con su clítoris, pero como se pone nerviosa y la medio molesta, lo dejé, y metí dos dedos directamente en su coño. Jugué con ellos dentro, sin sacarlos, a tocar todas las paredes, a moverlos arriba y abajo y luego ya procedí a lo que la encanta, a meterlos y sacarlos. Noté enseguida que apretaba su coño. ¿Se iba a correr? ¿Ya? Esta chica es increíble pensé, lo que tiene que disfrutar. Aceleré mis movimientos, y ella seguía chupando. De repente se corrió, lo note por sus convulsiones, su respiración, pero en ningún momento se saco la polla de la boca, que siguió succionando, mamando como ella sola sabe. Al terminar, hizo otra de las cosas que mas me gustan, teniendo mi polla en la boca, cogió su mano, me la hizo quitar de su coño, como diciendo "ahora prepárate" y empezó una mamada increíble, la mejor que me han hecho hasta la fecha, metiéndose, por primera vez en m vida, toda la polla en la boca, ¡¡entera!! (sólo me lo ha hecho una vez más, en el coche) no me lo podía creer, la verdad que cuando se la metía entera me dolía, pero es de este dolor que en cuanto desaparece, porque salía, quería volver a sentirlo. Y así me hizo una mamada antológica, metiéndose la polla entera, la costaba, pero era capaz de bajar, tocar con su nariz mi pubis depilado, y volver a subir, cogiendo poco a poco bastante velocidad. Estuvo así un rato, no sabría decir cuanto, pero fue algo espectacular, ver su cabeza, subiendo por mi polla, viéndola entera y de repente verla desaparecer dentro de ella me puso muy caliente, así que la dije que parara, que la quería follar viva. Pero sacándosela de la boca me dijo:






- Tu ayer ya hiciste un gran esfuerzo, ahora me toca a mí.






Se puso sobre mí, y empezó a cabalgarme, de manera muy lenta, clavándose la polla hasta el fondo, y primero lo propiamente dicho, como si estuviera cabalgando, y yo tumbado mirándola a la cara, esos ojos verdes-azulados que tiene que se te clavan, esa cara de vicio que pone… empezó a votar lentamente, con sus manos apoyadas en mis piernas, subir y bajar, con su vista clavada en mí, a la vez que aumentaba su ritmo, sus magnificas tetas no paraban de votar, así que no aguanté más y me lancé a devorarlas, a comerlas. Estuvimos un rato, hasta que se quitó, y pensando que me iba a poner yo ahora arriba, o a lo perrito, al intentar incorporarme me empujó, como queriendo mandar ella en la situación, y volviendo a bajar a chuparme la polla. Es que la encanta, le encanta meterla en la boca, sentirla ahí, así que yo la dejé hacer. Esta vez no se la metió del todo, estuvo un rato subiendo y bajando, hasta que repitió la misma situación que antes, se levantó, y se subió encima mia de nuevo, a cabalgarme. Me encanta el movimiento de sus tetas, es que las tiene enormes, yo no podía más, quería darla fuerte, quería ser yo el que empujara, pero una vez más, tomando ella las riendas de la situación, me volvió a empujar para que quedara tumbado, y ahora sí, me volvió a chupar la polla como antes, metiéndosela entera en la boca.

Ya lo he dicho mil veces, pero se que la encanta tener una polla en la boca por lo que pasó a continuación. Simplemente con el hecho de estar chupándola, se corrió. Había vuelto a bajar, y se la estaba metiendo a un ritmo increíble, seguía haciéndome daño pero me encanta, hasta el fondo, desaparecía delante mia. Yo pensaba que había estado a punto de correrse antes, y por eso tenia tantas ganas de chuparla, pero de repente, mientras estaba en ello, noté que su respiración se agitaba. Yo pensaba que era de no sacarla de la boca, pero no, empezó a subir y bajar mas rápido, y noté como le daban pequeños espasmos, por sus piernas, hasta que no pudo más y dejó de chuparme la polla…se quedó con ella metida hasta la mitad, con los ojos cerrados, ya no me miraba, respirando pausadamente, como recuperando la compostura, y es cuando vi una de las cosas que mas me apasionan de las mujeres, sin haberla tocado, simplemente por el hecho de estar chupando una polla, mi polla, vi como por sus muslos resbalaba una gota, que estaba saliendo de su coño, y que era de su propio jugo. Es una imagen increíble. Ver como se había corrido, y como encima ella sola estaba mojando me puso a mil, esa gotita verla resbalar por su muslo hizo encenderme a más no poder, así que ahora sí, ahora no mandaba ella ni nada, la cogí, la puse a lo perrito, y la penetré con todas mis ganas, metiéndosela de una sola vez hasta el final, y empujando mi pelvis lo mas que podía para que la sintiera bien adentro. Ella emitió un gemido, un "ahh" y al empezar a empujar, noté como contraria de nuevo su coño, aprisionando mi polla, y respirando fuerte y gimiendo, ¡¡se corría de nuevo!! Aceleré lo más que pude, porque yo también notaba que me corría, pero sabia que me daba tiempo, o eso creía yo, a que se corriera ella primero. Aceleré mis embestidas, estaba con las manos apoyadas en la cama, y se las quité de golpe, dejando caer su cara contra la almohada, y poniendo sus manos en la espalda como la noche anterior. Así no podía ver el movimiento de sus tetas, pero me daba igual, la agarré de la cintura, imprimí el ritmo que mejor pude, y dio resultado en 10 segundos, se empezó a correr como una loca, con un "ahhh" tremendo, pero yo me iba a correr, y se lo dije, que me corría, así que como si le fuese la vida en ello, se dio la vuelta, y me dijo:





- No, córrete en mi boca (no estaba dispuesta a dejar perder otra corrida).






Y así lo hice, rápidamente se puso boca arriba, sentada en la cama, y se metió mi polla en la boca, y empezó una mamada muy rápida, metiéndosela sólo hasta la mitad, pero pajeándome con la otra, y me corrí. Solté una corrida espectacular, me dieron unos espasmos tremendos, y noté que salían una cantidad de chorros muy abundantes, y mientras ella, me miraba a los ojos, iba recibiendo todas mis descargas en el interior de su boca. El terminar, y coger un poco de aire, ella se apartó, me miró (sabe que me encanta) y se lo tragó. Hizo el típico movimiento de garganta, y todo para dentro. Pero me cogió la polla con la mano, y se la volvió a meter en la boca, esta vez exprimiéndomela para dejarla bien limpia. Cuando terminó, nos tumbamos en la cama, cogí la botella de agua de la noche anterior y bebimos un poco. estábamos extasiados. Comentamos un poco la jugada, la dije:






- Me encanta que me despiertes así.






Ella se limitó a sonreír, como dándole vergüenza, y la dije:






- Por cierto, es la primera vez que te la metes entera en la boca, y nunca antes me lo habían hecho, me ha encantado.






Ella contestó:






- Ya, pero es que tenía ganas de intentarlo, y he forzado pero ha entrado. Pensaba que me iban a dar ganas de vomitar pero no, ha entrado y me ha encantado.






- ¿¿Y eso de correrte chupándome la polla??






- ¡Ay! ¡¡No digas eso!! (Es muy pija como he dicho, y odia hablar de esa manera, yo siempre se lo digo para picar, pero una vez que hemos terminado el sexo, vuelve a ser la chica fina de siempre)






- Joder, reconoce que te has corrido chupándomela.






- Ay pues sí pero es que cuando he parado de follar, estaba a punto, y supongo que al poco de empezar a hacerte "eso" pues no he podido más y he "acabado"






- Ummm ok, si me parece bien. Oye ¿¿y ha salido mucho??






- ¡¡A ti que más te da!!






- Joder por curiosidad… yo creo que si porque he notado unos chorros enormes.






- Pues sí, ha salido mucho, pero no pasa nada, sabes que me gusta que acabes ahí, en otro lado no, pero ahí no me importa.






- ¿Te gusta mi semen eh??






- ¡Ay! ¡¡No seas cerdo!! Y diciéndome esto me soltó un puñetazo en mi pecho, que sirvió para que me girara sobre ella, y medio haciéndola cosquillas, nos besáramos, y la dijera que es increíble, que me encanta estar con ella.

Nos volvimos a tumbar, ella se recostó sobre mi pecho, y mientras yo la acariciaba el pelo, suspiró. No me quiso decir nada, pero sé lo que me quiere decir, siempre la pasa lo mismo, cuando acabamos siempre estamos igual. Sé que me quiere decir "podríamos disfrutar de esto, juntos, todos los días" pero nunca lo dice, porque los dos sabemos que es completamente imposible, no estamos hechos el uno para el otro, a mí me gusta disfrutar de la vida, salir, divertirme, y a ella también, así que mejor mantener esta relación, a intentar estar juntos, no conseguirlo y perder esta "amistad" y ese buen rollito que tenemos, ya no solo refiriéndome al tema del sexo, sino realmente nos llevamos bien, sino mantenemos más relación es porque sabemos que nos podemos hacer daño, nos echaríamos cosas en cara del pasado y mejor dejarlo así. Yo quiero que todo le vaya bien en la vida y… esperemos que sea así.

Después de estar un rato tumbados, la dije que si se quería duchar o algo, y me dijo que gracias pero que no, que se tenía que ir corriendo a casa, que era tarde y que había quedado para comer con sus tios y tenia que arreglarse en casa, y con lo pija que es, sé que tarda más de una hora entre que se arregla y todo. Se vistió, yo me puse los calzconcillos, y bajé hasta la puerta para despedirme.

Ha habido mas encuentros con Carolina, bastantes más antes y algunos menos después, pero siempre disfruto muchísimo con esta chica, es realmente apasionante, y su forma de correrse, de manera seguida en varias ocasiones, su forma de chuparme la polla, de tenerla dentro, de disfrutar haciéndolo, me encanta. Ya relataré mas historias con ella

los tres a 100

Llegamos a la playa recién comidos y con un calor de no te menees. Nos tiramos al agua de cabeza ¡huumm! ¡qué delicia! Esto sí que es vida, refrescarte y zambullirte dejando atrás las prisas del día y el bullicio de la ciudad. Después de un buen rato salimos y al llegar a donde habíamos dejado las sillas vimos a nuestra amiga Julia que venía hacia nosotros. Nos saludamos con un efusivo beso y un abrazo que me permitió notar contra mi pecho la presión de sus enormes tetas.
"Que la vas a desgastar" me dijo Tigresa entre risas mientras que también se arrimaba lo suyo. Mientras charlábamos fuimos sacando las toallas y los protectores solares. "Tú ya estás moreno y no te vas a quemar, así que déjanos a nosotras que nos mimemos nuestros cuerpecitos".
Ante su sugerencia de obligado cumplimiento me senté en mi silla y saqué un libro para leer un rato. Frente a mí, ellas se quitaron la parte de arriba del bikini y comenzaron a untarse el bronceador. Tigresa empezó por las piernas, rodeando sus muslos y subiendo despacito desde la rodilla hasta llegar a la ingle y vuelta a empezar. Julia se dedicaba a embadurnar sus tetas, dándoles un masaje circular hasta llegar al pezón y levantándolas para poder recorrer también la zona baja. Yo no sabía a donde mirar, las dos estaban para comérselas con la piel brillando por la crema y el sudor y no escatimaban movimientos de las manos sobre el cuerpo.
A continuación se ayudaron mutuamente a darse crema en la espalda aunque sus manos traviesas no se detuvieron ahí y se recrearon a conciencia en sus culos redondos y sabrosos. Hecho esto se sentaron frente a mí y una al lado de otra. Recularon un poquito hacia atrás sus tumbonas y abrieron las piernas para que ningún lugar de sus cuerpos quedara oculto al sol. Ni a mí, desde luego.

"Me vais a poner malo" les dije. "Pues esto sólo acaba de empezar" respondió Julia mientras Tigresa la secundaba con una sonrisa picarona. Dicho esto, llevaron sus manos a la entrepierna y comenzaron a jugar con sus dedos sobre la tela del bikini. Tigresa elevó un poco el culito y apartó a un lado la poca tela del tanga, liberando así su chochito y facilitando el camino del placer. Julia prefirió desatar los lacitos del bikini que reposaban sobre sus caderas y dejó caer hacia delante la telita que hasta ese momento cubría su pubis. No tardó en meterse un par de dedos a los que enseguida acompañó un tercero. Entraban y salían suavemente a un ritmo constante mientras con la otra mano se acariciaba un pezón.

Tigresa, en cambio, prefirió dedicar su atención al clítoris cogiéndolo entre el pulgar y el índice, dándole pellizquitos a la vez que lo sometía a un movimiento circular que, como yo bien sabía, la tenía que estar poniendo literalmente a caldo. Como es fácil imaginar, me estaban poniendo a mil. La sangre me palpitaba en los oídos, el cuerpo se me empapaba del sudor que me manaba por todos los poros, tenía la boca seca y la polla… la polla parecía que me iba a explotar y reventaría el bañador en cualquier momento. Llevé mi mano hacia ella con la idea de "relajar la tensión" pero un "¡ni se te ocurra!" lanzado a coro por las dos me dejó clavado a medio camino. "Ya te llegará el momento" me dijeron.

Así que seguí mirándolas, viendo como se masturbaban primero a ellas mismas para pasar pronto a intercambiar sus manos tras un besito cariñoso. La mano derecha de Tigresa se hacía cargo ahora del clítoris de Julia que puso los ojos en blanco al notar el tironcito que recibió su protuberante y suculento garbancito. Mientras tanto deslizó su mano izquierda hacia Tigresa, buscando y encontrando su cueva y llenándola con sus dedos ávidos de profundizar dentro de ella. El ritmo de ambas era cada vez más frenético, acompañando con el movimiento de sus caderas el buen hacer de sus manos.

Estaban de espaldas a la orilla y por tanto a la mayoría de la gente, y no había nadie demasiado cerca pero, así y todo, era un playa bastante concurrida y temía que en cualquier momento alguien se diera cuenta. Temor que añadía más morbo y excitación al tema. ¡Cómo sentí no tener una cámara encima para inmortalizar ese momento perfecto!

Pronto la respiración de Julia se fue convirtiendo en un gruñido profundo que le salía de lo más hondo mientras que los labios de Tigresa (todos ellos) se hinchaban y goteaban sin cesar. Echó la cabeza hacia atrás, cogió con la mano libre la muñeca de Julia y la obligó a aumentar el ritmo de aquella mano que la estaba follando profunda e intensamente hasta que se corrió a borbotones lanzando un grito ronco e inacabable.

No tardó Julia en acompañarla elevando su pelvis y girándola al compás del "castigo" que los dedos de Tigresa ejercían sobre su clítoris. Apenas hizo ruido, el suyo fue un orgasmo casi silencioso pero su cuerpo tembló de la cabeza a los pies, perdiendo el control de sus extremidades que se agitaban como si hubiera recibido una descarga eléctrica.
Una vez que se relajaron un poco, se volvieron a besar suave y dulcemente, con un beso calido e inacabable, se colocaron bien los bikinis y me invitaron a darnos un chapuzón. Pero ¡cualquiera andaba por la playa como estaba yo! A pesar de todo, medio me camuflé tras ellas y corrimos al agua a refrescarnos.
Cuando el agua me cubría por encima de la cintura, Julia se tapó la nariz, se sumergió y liberando mi polla del bañador se la metió en la boca muy muy adentro. Mientras tanto Tigresa me besaba juguetona. Pronto intercambiaron las posiciones y fue Tigresa quien me chupaba la polla bajo agua mientras Julia me ofrecía sus exuberantes tetas que yo mordisqueaba y manoseaba con deleite. Así estuvieron un buen rato, una subía y la otra bajaba con la precisión milimétrica suficiente para acertar con el momento en que yo creía que por fin me correría para encontrarme con el agua fría que me cortaba y vuelta a empezar. Estaban volviéndome loco y ya me veía quedándome a medias pero, por fin, se apiadaron de mí y comprendieron que necesitaba explotar.
Me dijeron que me tumbara, me hiciera el muerto y me dejara llevar. Así lo hice y cerrando los ojos dejé mi polla, que sobresalía como un periscopio, a su disposición. Julia se colocó entre mis piernas y rodeándome el pene con sus labios comenzó a subir y bajar desde los huevos a la punta. Mientras tanto, Tigresa se metió el glande en la boca y se puso a succionarme a un ritmo vertiginoso. Antes de que pudiera saborear la situación ya me estaba corriendo entre estertores que me hicieron tragar agua mientras me diluía dentro de la boca de Tigresa que, generosa ella, besó a su amiga para compartir con ella mi semen.

martes, 13 de octubre de 2009

Increíble polvo con mi prima

Bueno hola, me llamo Miguel y os voy a contar lo que pasó este fin de semana. Mis primos venían, ya que mis tíos se fueron a París. Vinieron mi primo José, que tiene 15 años, y Saa todo el día fueran. Yo tengo 14 y mi prima unos 15, se llama Marta, es rubia castaña, de pelo largo precioso, unos ojos verdes penetrantes, una cara prácticamente perfecta, unos pechos grandes y firmes y un culo... menudo culo. Bueno, a mi prima Marta ya la había visto desnuda, en la playa, en el agua, como le quedaba grande la vi ese pubis con un poco de vello precioso, y con unos pezones que se le salían de la camiseta. Bueno, a lo que iba, siempre me había llevado muy bien con ella y teníamos bastante confianza. Después de dejar sus cosas en la habitación de invitados, se fue a duchar y también se depiló esas piernas de diosa. Salió mojada, se fue a su habitación, y se puso sus pantalones finitos de pijama y su camisetita finita que la resaltaban esos pechos. Después de cenar nos fuimos a su habitación, en la que habíamos sacado la cama supletoria del sofá, y como mi habitación no tenía tele, me fui a la suya, vimos una película, bromeamos y forcejeamos un poco, tuve la oportunidad de tocarla el culito, nos tumbamos boca arriba a ver la tele, yo no paraba de mirarla y ella creo que no se daba cuenta. Se hizo tarde y empezaron los anuncios porno. Yo me empalmé e intenté disimularlo, pero ella se había dado cuenta y me dijo "tranquilo, somos primos, a mi no me importa", así que nos quedamos viendo el porno. Yo me estaba poniendo a mil, cuando por fin me saqué la polla y empecé a masturbarme. Ella primero me miró sorprendida y apartó la mirada muy rápido, yo le dije que no pasaba nada, pero estaba sentada dándome la espalda, se había asustado u ofendido, así que me acerqué y la abracé por la espalda. Ella notó mi miembro en la espalda y se ruborizó, la calmé y la susurré al oído "tranquila". La empecé a besar el cuello, ella respiraba entrecortadamente y me decía que parara, pero no la escuché, puse mis manos en su cintura y empecé a subir, la dije que estuviese tranquila, la quité la camiseta, y agarré esos pechos enormes, y ahí se rindió, se dio la vuelta, me agarró la cara y me empesó a besar apasionadamente, me quitó la camiseta y empezó a bajar hasta sus pechos, los chupó y los pellizcó, ella empesó a gemir. Sigo bajando y la empiezo a acariciar por la cintura, y muy despacio, la quito los pantalones dándome esa increíble vista, un coño virgen llamándome, la miré y me miró asustada, y le dije "esto te gustara muxo" y empecé a chuparle los labios vaginales, y ella se volteó y empesó a respirar más agitadamente, le metía la lengua y la movía muy rápido. Ella me agarro la cabeza empujándome hacia ella, me ayude de un dedo i ella ya estaba al borde del orgasmo, le metí el segundo dedo y sigo lamiendo, hasta que se corrió en mi boca, con un grito ensordecedor, esos fluídos estaban riquísimos, ella estaba sudando, le dije, "ahora te toca a ti" la agaché, y le introduje el pene en la boca. Ella empezó a chupar, yo estaba en la gloria, no me lo podía creer, mi prima me la estaba chupando!!!! Y me fui en su boca, casi se atraganta, después la levanté y la tumbé bocarriba, la dije que separara las piernas y obedeció, le dije que se la iba a meter y me rogó que no lo hiciera, porque era virgen y que le iba a doler, yo le dije que sólo la cabecita y como ya estaba lubricada no dolería. La coloqué en la entrada y empecé a empujar. Primero costó un poquito, pero empecé a penetrar la cabeza, ella tenia una cara de dolor, miedo y placer, seguí hasta que me topé con su himen, la advertí que le iba a doler un poco, la metí de un empujón y ella gritó. Empecé a meterla despacito, y fui aumentando el ritmo, ella empesó a gemir y a gritar de dolor, pero el dolor empesó a desaparecer y los gemidos eran rápidos y altos. Empezamos a hacerlo frenéticamente, ella empesó a gritar, su orgasmo se acercaba, empesó a gritar más y estalló en un increíble orgasmo. Yo me fui dentro, ella me dijo que sentía mis fluidos dentro de ella. Descansamos un rato, me sonrió y me dijo “ha sido la mejor noche de mi vida”, que se repetirá.

con la maestra

Cuando ocurrió esta historia yo tenía 12 años. No me iba muy bien en ciencias naturales, así que iba a clases particulares. Esas clases eran el paraíso. Mi maestra particular tenía 16 años entonces, y era un ejemplo de perfección. Sus tetas eran enormes y redondas, su culo era muy excitante, siempre quise verla desnuda. Pues un día se cumplió mi deseo... estábamos solos en su casa. Ya había terminado de darme deberes, pero faltaban 40 minutos para que mis padres llegaran. Sentados en el sillon, yo solo pensaba en cogérmela, mi pene se habia parado, y ella lo notó... - Qué calor, ¿no?- dijo ella. Era cierto, hacía calor y verla me daba aún más... - sí, uf, qué feo día. - ay, estoy sudada, quiero refrescarme. Y acto seguido se quitó la blusa, dejando a la vista su corpiño, muy chico para esas tetas enormes. - Ups, cierto que no tenía una remera abajo- dijo ella en tono excitante- pero bueno, ¿ya qué?. Y se quitó el corpiño, dejando a la vista sus tetas, esas cosas hermosas. Me sonrojé, mi pene se paró, hasta que casi me rompe el pantalón y no lo dudé: la agarré y le mordí las tetas. - ay, niño malo - dijo como toda una perra-, mereces un castigo... Me bajó el pantalón y el boxer y empezó a chupar mi pene... con lo excitado que estaba, no tardé mucho en correrme. Ella se tragó todo el semen. Luego se quitó los pantalones y la tanga, dejándola completamente desnuda. - mmm... nene, quiero más - dijo, y se recostó en el piso. Yo se la metí en la vagina. Se la metí y saqué muchas veces, cada vez más fuerte, hasta que se corrió. Justo en ese momento sonó el timbre. Eran mis padres, que me venían a buscar. - bueno, hoy aprendiste mucho sobre anatomía, ¿eh? - dijo, me guiñó el ojo, nos dimos un rápido beso de lengua y me fui. Esa fue la primera de muchas veces con ella, que contaré más tarde.

miércoles, 30 de septiembre de 2009


Regreso a casa


Por razones de trabajo, había estado ausente de mi hogar por dos meses. Durante ese tiempo, me había mantenido fiel; resistiendo las tentaciones que la vida me presentaba. No podía esperar mi regreso a casa; hacer el amor de nuevo con ella. No niego que en varias ocasiones llegue a hacerme una buena paja mientras veía alguna película porno, o fantaseando con el culo de mi mujer.

Mi esposa es una mujer de cuerpo no escultural, pero si bien proporcionado. Su torso es adornado por un par de tetas redonditas y con pezones que, en forma natural, apuntan hacia el frente. Este par de tetas, cuando aprisionadas por un bra, se encierran en su celda tamaño 36C. Perfectas para el abarque de mis manos. Sus caderas son de mujer madura. Nacen de una cintura de curva, y terminan en unas nalgas que, posiblemente sean su mejor atracción.

El culo de mi mujer esta formado por un par de nalgas que son medianas de tamaño. Lucen maravillosas, sin importar que prenda las cubran; un bikini, un panti estilo francés, o una tanga que les de una liberación parcial. Cuando en cueros, lucen aun mejor. Son macizas y redondas; el tipo de nalgas que invitan a que mis manos jueguen con ellas cada vez que nos abrazamos.

Este día, me recogió en el aeropuerto. Lucia una falda que daba realce a sus muslos bien torneados. La falda, por su tamaño, seguramente dejaría verle el culo si se llegara a agachar, aun un poco. La blusa blanca que llevaba puesta era de seda y de un escote pronunciado. La suavidad de la tela colgaba de sus pezones erguidos como si fueran cascadas.

Al verla, corrí hacia ella y ella hacia mí. Nos fundimos en un beso, dejando que nuestras lenguas jugaran entre si por algunos instantes. Nos abrazamos mientras el beso terminaba y, al abrir los ojos, note como varias mujeres que, seguramente estaban allí esperando el arribo de un amante, amigo, o familiar, nos veían con aprobación y, tal vez, celo. Una de ellas me guiño el ojo mientras daba su aprobación a nuestro encuentro, a la vez que en su cara de dibujaba una picara sonrisa.

Subimos mi maleta al auto y nos dirigimos a la carretera que nos llevaría a casa. Durante el trayecto de aproximadamente 30 minutos, recargo su cabeza en mi hombro mientras nos poníamos al corriente de los asuntos caseros. Eso si, mientras charlábamos, mi mano llego a su muslo y se deslizo hasta topar con su panty. Era de encaje, y esto me encantaba pues daba una textura especial al roce de mi mano. Se que al frotarlo sobre su panocha que ya estaba un tanto húmeda, ella también sentía la textura del encaje frotando sobre su raja. Su mano derecha también sobaba mi verga por sobre el pantalón. Mi palo ya reaccionaba y se poni al orden.

De repente, llegábamos a casa. Al entrar, me pregunto que si quería un baño antes de cenar. Le dije que si. Me pidió que sirviera unas copas de vino mientras ella me preparaba el baño. Subí a la recamara con dos copas y una botella de vino rojo. Al entrar, vi que la cama estaba adornada con pétalos de rosas. Por todos lados había veladoras que emitían una luz suave y danzante que creaban un ambiente bastante romántico. Al dar vuelta por el pasillo que conducía al baño, oí el agua de la bañera corriendo. Al llegar a esta, vi a mi esposa sumergida bajo una capa de burbujas de jabón. Solo podía ver la parte superior de sus pechos que ya me invitaban a acariciarlos.

Puse las copas al borde de la bañera y me desvestí. Mi verga estaba en proceso de crecimiento. Aun no llegaba a estar tan dura como debía pero poco faltaba para que allí llegara. Mi esposa tomo una copa de vino y se la llevo a los labios. Tomo de ella en forma sensual mientras me miraba la verga, esperando que esta estuviera ya en sus manos.

Me introduje en la bañera y me senté frente a ella. Me deslice para meter mi cabeza en el agua por completo. Al hacer esto, ella aprovecho para tomar mi verga en su mano libre y comenzar un masaje suave y lento. Al sacar mi cabeza del agua y quitarme esta de mis ojos, vi como sus labios dibujaban una sonrisa que me decía que los próximos minutos serian de esos que no se olvidan por mucho tiempo.

Tome mi copa y la acerque a la suya. El sonido de las copas al chocar entre si anunciaba una sesión de amor que, seguramente, seria memorable. Tomamos un trago y dejamos nuestras copas al borde de la bañera. Tome las manos de mi esposa y la acerque a mí. Le di vuelta de manera que su espalda estaba recargada en mi pecho, sentada ella entre mis piernas. Comencé a besar su cuello. Con mis manos apreté sus tetas.

El jabón permitía que masajeara con facilidad sus tetas y pezones ya duros. A estos les daba apretones y pellizcos haciendo que ella soltara pequeños gemidos de placer. Mis acciones hacían que su piel se erizara, dándole escalofrió. Al tiempo que mi mano izquierda jugaba con una de sus gemelas, mi mano derecha deslizo en forma lenta por su vientre. Acariciaba cada centímetro de su piel haciendo que ella se estremeciera. Finalmente llego mi mano a su monte de Venus. Note que se había depilado, dejando solo un poco de bello para adornar el área. El bello que allí encontraron mis dedos era apenas una tirita que bajaba en forma vertical hasta llegar al borde de su clítoris.

Mis besos sobre su cuello, el masaje de sus tetas y las caricias a su vientre fueros suficientes para que ella emitiera ya bastantes gemidos.

  • Ahhhhh. Ya extrañaba tus manos sobre mí. Mmmmmm No pares, sigue, sigue…
  • Yo te extrañaba mucho también. Relájate y disfruta.

Debo decir que no era ella la única que disfrutaba de esta situación. Sus manos jugaban también con mi verga por debajo del agua. Daba atención al palo igual que a mis huevos. Sentir sus manos sobre mi hacia que yo también sintiera un gran placer.

Mi mano derecha llego a su destino. Con mis dedos índice y pulgar abrí sus labios externos, dejando expuesto su clítoris. Lo frote con la palma de mi mano mientras mis dedos recorrían su raja que, aun bajo el agua, emitía ya jugos que lubricaban haciendo mas fácil mis movimientos. Con cada subida a su clítoris, tomaba el botón entre mis dedos y le daba apretones y pellizcos haciendo que su espalda se arqueara. Sus tetas salían del agua y su cuello quedaba aun más expuesto a mis besos, lengüetazos y chupetones. Luego, mis dedos bajaban hasta su agujero. Los introducía dos a la vez y, en movimientos circulares, causaban que mi esposa aumentara el volumen de sus gemidos al paso que su orgasmo llegaba.

  • Ahhhhh! Ahhhhh! Me corro, me corro! Ahhhhh! Que rico. No pares. Ahhhhh!

Su cuerpo se tenso por muchos segundos. Mis dedos quedaron atrapados en su panocha. Sentía como sus paredes se contraían con su orgasmo, apretándolos y aprisionándolos dentro de ella. Al llegar su orgasmo, apreté su pezón con mi mano izquierda, mandándola a la gloria.

  • Ayyyy! Que corrida. Ya te extrañaba. Ayyyy! Eres un cabron! Que placer! Ayyyy!

Por fin, su cuerpo quedo quieto. Su orgasmo había cesado y se encontraba en un estado de reposo total. Volteo su cara hacia mí y me beso al tiempo que me agradecía por llevarla al clímax.

  • Ahora te toca a ti. Déjame darte tu bienvenida.

Se hinco en la bañera. La espuma del jabón resbalaba por sus hombros y sus tetas. Me indico que me parara y así lo hice. Mi verga quedo a la altura de su cara y no tardo en tomarla entre sus manos. El hecho que mi verga estaba mojada y enjabonada facilitaba sus movimientos sobre ella. Movía sus manos en direcciones opuestas torciendo mi miembro. Su boca se acerco a este y le dio pequeños besos por toda la superficie; primero por la cabeza y luego a lo largo del palo.

Llego besando hasta mis huevos. Tomo uno de ellos entre sus labios y comenzó a chupar. Aumento el nivel de succión y esto me mandaba a las nubes. El placer que sentía era bastante. Subió de nuevo hasta llegar a la cabeza de mi verga y se la metió en la boca. Chupaba como nunca. Con su lengua hacia círculos sobre la cabeza y trataba de introducirla en el pequeño agujero.

Comenzó a bombear al tiempo que se comía toda mi verga. Sus manos masajeaban mis huevos mientras la cabeza de mi verga llegaba hasta su garganta. Mmmmmm Ahhhhh. Decía yo con cada chupetón que me regalaba. Acelero sus movimientos. Mi verga entraba y salía de su boca en forma extraordinaria. Ella hacia un sonido como Mmmmmm con cada embestida. Mamaba mi verga con ansias, como si fuera una paleta.

Con el ritmo que llevaba, yo solo quería venirme. Le anuncie que estaba cerca de mi corrida y ella solo acelero su mamada. Sus labios chocaban contra mi pubis. Los masajes sobre mis huevos seguían. No podía más. La tome de sus cabellos y le metí mi verga lo mas profundo posible. Ella aprovecho para meter un dedo en mi culo al tiempo que explotaba!

  • Ayyyy. Me corro! Aquí te voy mami. Comete mi leche!

Apretó mi verga con sus labios y se la metió hasta lo más profundo de su garganta mientras salía el primer chorro. Casi sin respirar, dejo que el segundo chorro también se estrellara contra su garganta. Tomo mi verga con su mano y el saco de su boca para así poder tragar la leche que estaba allí y, al mismo tiempo, poder respirar. Al hacer este movimiento, mi tercer chorro choco contra su mejilla izquierda. El cuarto fue a dar en sus tetas y los demás…no se, cerré mis ojos y disfrute del momento. Que corrida me había ocasionado. Hacia tiempo que no disfrutaba de una así.

Cuando abrí mis ojos de nuevo, ella seguía hincada. Me veía al tiempo que sus dedos limpiaban la leche de sus tetas y sus mejillas para luego llevarla a su boca. Su lengua limpiaba la leche de sus dedos.

  • Mmmmmm Que rica. Hace tiempo que quería probarla de nuevo. Te gusto tu regalo papi?
  • Vaya que si me gusto. Estas mas que motivada.

Me hinque junto a ella y la abrace al tiempo que nos fundíamos en un beso. Mis manos apretaban sus nalgas y la atraía más junto a mí. No podía esperar a ver que más pasaría en este regreso a casa.

SOBRE COMO ME COMI A MI MEDICA EN SU CONSULTORIO

Esta historia es real y por eso voy a tratar de relatarla tal como sucedieron los acontecimientos.

Hace un tiempo comencé con una molesta picazón y sarpullido en la pierna izquierda y por eso decidí hacerme ver en la guardia dermatológica de una clínica.

Estando allí, luego de los trámites de rigor en recepción del sexto piso, me quedé esperando en la sala a que llegara mi turno. De pronto veo que llaman a una mujer que estaba justo antes de mi, y veo salir a la médica que la convocaba.

Era una mujer rubia muy hermosa, con muy buenas curvas, de unos cuarenta y cinco años, pero muy bien conservada, evidentemente todo un culto a su profesión dermatológica, y lo que más me había llamado la atención, bajo su chaqueta blanca de médica llevaba una minifalda de cuero negro, medias negras y botas negras altas. Realmente no esperaba encontrarme con una médica así a quien mostrarle mi molesto sarpullido.

Mientras pasaba la chica y esperaba mi turno, pensaba si ese bombón sería la médica que me atendería a mi o finalmente aparecería el típico doctor anciano bigotudo. Transcurridos unos diez minutos veo salir a la paciente y escucho una voz de mujer que me convoca. Efectivamente era esa preciosa doctora convocándome.

Una vez en su consultorio me entero que su nombre es Romina y pude observar sus bellos ojos verdes, con pestañas delineadas, sus labios carnosos, pintados de rojo, su cabello rubio lacio, una piel tersa, marcada pero sin arrugas y sus uñas largas y pintadas de violeta. Su chaqueta blanca no dejaba ver demasiado, pero parecía tener unos buenos pechos bajo la misma.

El consultorio no era muy grande, pero tampoco pequeño. Un escritorio bien arreglado, varios diplomas, aparentemente de congresos de su especialidad, y por supuesto una camilla.

Apenas terminé de contarle mi molestia en la pierna, me pidió que le mostrara mi afección.

Me puse de pie al lado de la camilla, me desabroché el cinturón, abrí el cierre y comencé a bajarme el pantalón, no sin sentir un poco de vergüenza ante una mujer tan hermosa.

Ella, parada al lado mío, se inclinó un poco para ver mi muslo. Apenas vio el sarpullido notó que era una simple irritación que se iba a ir con una crema que me recetaría. Y fue en ese momento que recordó que tenía una muestra gratis en su escritorio, y me dijo que me quería mostrar como me la debía aplicar.

Así, mientras yo seguía parado junto a la camilla esperando escuchar sus indicaciones atino a querer subirme el pantalón que todavía tenía bajo por las rodillas, cuando Romina me dice que no, que esperara porque me quería mostrar ella misma como se aplicaba la pomada en cuestión.

Ahí se agachó un poco más frente a mi, se colocó un poco de crema en su mano izquierda con sus uñas pintadas y comenzó a esparcirla con ambas manos sobre la zona afectada en el muslo izquierdo. Solo sentir sus manos frotándome el muslo produjo inmediatamente el acto reflejo esperado en cualquier hombre que se precie de sí, y comencé a tener una erección.

Mientras Romina seguía colocando la pomada sin retirar la vista de mi pierna, me explicaba cuanta me debía poner y cuantas veces por día durante cuanto tiempo.

Ella, mostrando una gran simpatía, me preguntó que deportes practicaba para tener las piernas tan musculosas y deslizó un comentario respecto de lo velludas que eran, y que eso era una prueba de que debía tener mucha testosterona.

La conversación siguió hasta que mi erección se tornó indisimulable. Estaba totalmente al palo y mi tronco empujaba ostensiblemente mi slip de color gris hacia delante.

Cuando se dio cuenta de esta incómoda situación me miró pícaramente y me preguntó si allí también me picaba y si quería que me pasara crema en esa zona. Y fue entonces cuando todo comenzó.

Sorprendido por la pregunta, y encontrando una mirada distinta en sus ahora brillosos ojos verdes, le respondí que hiciera lo que a ella le pareciera, porque la médica era ella. Claramente se ve que Romina recibió mi respuesta como una luz verde a sus más bajos instintos, porque no tardó un segundo en tomar el elástico de mi slip y comenzar a deslizarlo hacia abajo. Me lo dejó por las rodillas, cerca de mi pantalón que ya estaba por el piso, y ahí sin ningún tapujo comenzó a frotarme la verga con el poco de crema que le quedaba en las manos con mucha dedicación y cuidado de no rasguñarme con sus largas uñas.

Increíblemente mi verga seguía creciendo mientras me la frotaba con sus dos manos, y el glande estaba tan rojo que parecía estar por explotar. En ese momento se arrodilló, me miró fijo y me preguntó si me había dado cuenta de que el ungüento no tenía olor, y que entonces ella iba a probar si tenía sabor. Automáticamente, tomo mi miembro firmemente con su mano derecha y se lo metió completo en su hermosa boquita. Lo saboreó unos segundos para luego sacarlo y jugar con su lengua alrededor de mi glande. A esa altura yo ya estaba por las nubes y la agarré fuertemente del pelo mientras la doctorcita comenzaba a gemir como una perra en celo y no se desprendía de su biberón que seguía chupando con fruición. Era una situación realmente increíble. Había ido por un sarpullido y estaba recibiendo una atención completa.

Entonces comenzó a masturbarme sacudiendo mi pija desde la cabeza hasta los huevos, para después seguir pasando sus carnosos labios gruesos sobre mi glande, y volver a abrir su boquita para tragársela nuevamente de un bocado metiéndosela hasta el fondo. En ese momento me abrazó y, con sus manos, tomó mis nalgas mientras su lengua hacía maravillas con mi pija que entraba y salía una y otra vez de su boca.

Después de frotarme el culo unos segundos, volvió a tomarme la verga y las bolas con las manos y, mientras la sacudía, me chupaba la cabecita pasándome su lengüita y raspándome con sus dientes. Era una fellattio realmente deliciosa, el éxtasis era total y trataba de contenerme para que mis gemidos no se escucharan en toda la clínica.

En medio de ese clímax brutal Romina se sacó mi verga de su boca para abrirse la chaqueta mostrándome brevemente su camisa negra que enseguida desabotonó para quitarse el corpiño, también negro y de encaje.

Así pude confirmar lo hermosos y redondos de sus pechos. Entonces, sin decir palabra, tomó nuevamente mi chota con su mano derecha y se la colocó en medio de sus pechos masturbándome con el bambolear de sus senos. Ese jueguito hermoso duró sólo unos segundos, hasta que nuevamente me clavó su mirada pícara y se dio vuelta dejándome allí. Por un instante no entendía nada, yo ahí parado con el pantalón y el calzoncillo por el piso con mi miembro a punto de explotar y ella con su camisa abierta y los pechos al aire buscando algo en su cartera. Entonces sacó de la misma un pequeño sobrecito conteniendo un condón.

Se arrodilló nuevamente ante mi, abrió el envoltorio con sus dientes y comenzó a desplegarme muy suavemente el condón en la verga, que seguía tan predispuesta como hacía unos segundos cuando hervía entre sus labios. La doctora no necesitó muchas palabras para explicarme que quería terminar esta consulta "como se debía" y entonces se dio vuelta dándome la espalda y apoyando sus manos sobre la camilla mirando a la pared.

Rápidamente, sin siquiera terminar de sacar su chaqueta, bajé el cierre de su minifalda de cuero y se la bajé hasta sus botas, para luego hacer lo mismo con sus medias y esa deliciosa tanga negra que me esperaba bajo la pollera. Al ver ese delicioso culito, sin una sola celulitis confirmé lo buena profesional que debía ser para tener una piel tan perfecta y me puse muy contento de haber elegido la guardia adecuada para curar mi afección… y otras cosas más.

Al tiempo que la aferré de sus caderas, la doctora se inclinó un poco más hacia adelante y abajo, hasta casi apoyar sus hermosos pechos en la camilla, para ofrecerme más cómodamente su hermoso chochito. Se veía como una conchita deliciosa, depilada lo justo y totalmente húmeda y lubricada para mi.

La tomé de las nalgas y se curvó un poco más para sacar su orto para arriba como dándome rienda libre a mis más bajos instintos, y mientras apretaba sus cachetes comencé a estimularle su orificio anal con mis pulgares. Romina comenzaba a gemir y ardía de excitación, su concha estaba muy roja y húmeda y su culito regordete era toda una invitación.

Coloqué mi pija justo a la altura de su hermoso orto y se la empecé a pasar por sus nalgas jugueteando con su culo y su conchita. La tomé de la cintura, tomé mi verga con mi mano derecha, le abrí los cantos y se la empecé a meter de a poquito en su conchita. Rápidamente sus labios vaginales le abrieron paso a mi glande, y se la metí hasta el fondo. Sentir como mi pija entraba en esa conchita fue uno de los placeres más grandes de mi vida.

Después la tomé de la cintura y ella comenzó a moverse frenéticamente, tanto que comenzó a mover y rechinar la camilla. Yo la seguía tomando de su cintura y con mis pulgares jugueteaba con su esfínter anal. Con cada movimiento Romina gemía más y más. A la vez que le apretaba las nalgas contra mi pija, ella se empujaba cada vez más hacia mí, como si quisiera que mi verga le llegara hasta la garganta. Mientras le seguía imponiendo el ritmo por atrás, entre cojida y cojida Romina parecía flotar en el aire y comenzó a sonar el teléfono del consultorio.

Sorprendido, me pidió que se lo pasara. Sin sacarle un segundo la pija de dentro suyo, estiré mi mano y le alcancé el tubo. El cable no llegó y el aparato cayó al piso al momento que la doctora respondió el llamado, y con la voz entrecortada y agitada le dijo a su interlocutora que "en este momento la estaban atendiendo a ella, y que cuando acabaran le avisaba". Entonces tiró el tubo y continuamos con nuestro zarandeo frenético.

El traqueteo era infernal y cuando ya no daba más mi verga explotó y comenzó a largarle toda la leche. Cuando la saqué, todavía chorreaba. Me recosté sobre ella y quedamos unos segundos los dos abrazados sobre la camilla, hasta que Romina se incorporó y comenzó a vestirse.

Finalmente, mientras me acercaba unas toallitas para que me limpiara, me dijo que la semana próxima me daba turno en su consultorio particular para continuar con el tratamiento.